¿Qué es la energía reactiva? Cómo se calcula y cómo evitarla.
La energía reactiva es aquel factor adicional que aparece reflejado en las facturas cuando se emplean aparatos eléctricos que requieren campos magnéticos y eléctricos para su funcionamiento, es decir que emplean un tipo de energía distinta a la que se emplea con regularidad.
Distinguir las diferencias entre la energía reactiva y la activa es fundamental para comprender qué es la energía reactiva y cómo funciona, así como también las razones por las cuales aparece en tu factura como una especie de sanción.
La penalización que se genera a partir de este tipo de energía, surge debido a que el uso de ésta genera cargos en exceso al sistema eléctrico, lo que a su vez genera problemas en la red. Por ello, el uso de refrigeradores o transformadores, entre otros, puede generar repercusiones considerables en las facturas de los usuarios.
Cabe destacar que, por lo general, la energía reactiva se produce en las grandes industrias, pero en algunos casos, puede manifestarse en el caso del consumo cotidiano de los hogares, de allí que sea fundamental comprender qué es esta energía.
Diferencias entre energía reactiva y activa
Por lo general, en un circuito eléctrico se pueden distinguir dos tipos de energía eléctrica, la primera, la energía activa que es la que suele emplearse con frecuencia y, por otra parte, la reactiva, que es la que supone una penalización económica de acuerdo con el Real Decreto 1164/2002. En este sentido, conviene distinguir lo siguiente:
Energía activa:
Es aquella que se puede utilizar comúnmente, lo que la categoriza como energía útil. Esta se mide en kWh y no produce daños en ningún tipo de instalaciones, lo que quiere decir que es una energía que puede utilizarse sin inconveniente, de allí que aparezca reflejada en las facturas como término de consumo.
Energía reactiva:
Por otra parte, encontramos la energía reactiva, que es aquella que se mide en kVArh. Se trata de un tipo de energía que no se puede consumir y que se considera como no útil. Por ello aparece reflejado en las facturas como exceso de energía eléctrica reactiva. Su consumo genera consecuencias negativas en el circuito eléctrico, motivo por el cual, es sancionado de forma económica en la factura mensual.
Al establecer estas diferencias, resulta mucho más sencillo determinar en qué caso se genera un consumo de ésta para evitar su uso y, de esta forma, prevenir posibles sanciones.
Cómo se calcula
Para calcular la energía reactiva es importante verificar el factor de potencia, que es precisamente el que mide la cantidad de esta energía que se presenta sobre la activa, con el fin de medir la eficiencia de consumo energético.
Se puede decir que el factor de potencia es aquel ratio de energía activa que se presenta frente a la energía aparente que es la suma de energía activa y reactiva, esto quiere decir que mide el total de energía activa que se ha consumido sobre la reactiva.
Gracias a este cálculo, es posible determinar el factor de potencia para establecer el porcentaje de energía reactiva y, de este modo, determinar cuál es la penalización económica que se va a presentar por la infracción y que se verá reflejada como un coste adicional a la factura mensual.
Es importante tener en cuenta que, cuando es menor el factor de potencia, será mayor el uso de energía reactiva, lo que implica que, se eleva la suma total a cancelar por la sanción que se refleja en la factura.
Cómo reducir la energía reactiva
Si has visto reflejada en tu factura la sanción por el consumo de este tipo de energía, seguramente te interesa conocer cómo reducir el uso de la misma, para ello, te dejamos algunas recomendaciones para que puedas evitar penalizaciones.
En primer lugar, es recomendable contar con asesoría por parte de un profesional para determinar cuáles son aquellas áreas específicas que requieren de optimización para disminuir el consumo de esta energía.
Por lo general, la medida que se emplea para solucionar este inconveniente, es emplear baterías de condensadores, aunque esto supone un proceso de instalación y activación que podría significar un largo periodo de tiempo, de allí que sea de suma importancia consultar con un profesional para encontrar la opción más factible.
El uso de baterías de condensadores promete la reducción de energía reactiva de forma significativa, teniendo en cuenta que mejora la calidad del servicio eléctrico y, a su vez, permite evitar penalizaciones.