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¿Qué es la energía reactiva? Verdades y mitos de la energía reactiva

Al momento de revisar nuestras facturas, podemos notar que existen algunas variaciones dependiendo de la cantidad de consumo mensual, pero, en ocasiones, algunos factores que aparecen en la misma, son inexplicables. Es por este motivo que aquí vamos explicarte todo lo que debes tener en cuenta sobre qué es la energía reactiva y cuáles son sus repercusiones en tu factura, así como también las verdades y mitos que giran en torno a este tema.

Que es la electricidad reactiva

Lo primero que debemos tener en cuenta es el concepto de energía reactiva. Este término hace referencia a la demanda adicional de energía que se visualiza en la factura y que es el resultado del uso de equipos que emplean un sistema inductivo, tal como sucede en el caso de los motores, transformadores e incluso ordenadores.

Estos equipos que se han mencionado, requieren energía inductiva para su funcionamiento, la cual se mide en KVarh, que quiere decir Kilo Voltio Amperio Reactivo Hora. La cuestión es que este tipo de energía no se transforma en energía ‘útil’, tal como sucede en el caso de la energía activa, sino que simplemente permanece sin algún uso aparente por determinado periodo de tiempo, lo que genera inconvenientes a nivel técnico y económico.

Cabe destacar que la energía reactiva, en ocasiones no se genera solo a partir de la inductiva, sino que, dependiendo del equipo, podemos observar que se genere también a partir de la capacitiva.

Es por estos motivos que, al momento de revisar nuestras facturas podemos ver un exceso de energía reactiva, lo cual podría requerir una solución inmediata para evitar que esto se siga reflejando en las facturas posteriores. Para ello, se recomienda guardar las facturas y, de este modo, verificar si la energía reactiva va en aumento o no.

Efectos negativos de la energía reactiva

Por supuesto que el aumento de la energía reactiva genera una serie de efectos negativos que se deben tener en cuenta, considerando que estos pueden afectarnos de forma negativa directamente. En este sentido, es importante tener en cuenta lo siguiente:

  1. En el caso de las instalaciones, se evidencia una pérdida potencial de energía útil.
  2. Se registran pérdidas de energía activa, lo que implica a su vez mayores gastos para el consumidor.
  3. Los conductores eléctricos pueden sufrir sobrecalentamiento, lo que puede implicar al mismo tiempo daños mayores a otros equipos.
  4. Los aparatos conectados registran menor rendimiento.
  5. Se generan perturbaciones en la red eléctrica, especialmente asociadas a la caída de la tensión.
  6. Se generan penalizaciones a los usuarios por parte de las compañías eléctricas, motivadas por el aumento de la energía reactiva.

Este último es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta, en especial porque esto supone precios elevados en las facturas mensuales, lo que implica a su vez un gasto superior al estimado por el consumo de energía eléctrica durante este determinado periodo de tiempo.

Evitar penalizaciones por la energía reactiva

Tal como hemos comentado anteriormente, la energía reactiva se manifiesta de forma negativa a nivel económico en la factura, teniendo en cuenta que la cantidad de energía que puede emplearse viene determinada por el factor de potencia contratado, lo que implica que, cualquier consumo que supere este límite, implicará a su vez, el aumento de los costes del servicio.

Cuando el porcentaje de energía reactiva supera el 33% de la consumida, se superan los límites establecidos y, por ende, se rompen las condiciones definidas por la Orden ITC/3519/2009, lo que quiere decir que se genera una penalización que se ve reflejada en la factura del cliente.

Es por este motivo que resulta fundamental comprender cuáles son las opciones para evitar estas penalizaciones, dentro de las cuales se encuentra la instalación de baterías de condensadores que generan energía reactiva capacitiva, lo que permite compensar el gasto de energía reactiva inductiva.

En este sentido, es importante tener en cuenta que existen tres tipos diferentes de compensaciones de la energía reactiva, que son los siguientes:

  1. Compensación individual, que es aquella que incluye cada aparato por separado con componentes bobinados y, en caso de ser necesario, un condensador.
  2. Compensación conjunta, es la que instala un condensador común entre aquellos dispositivos que cuentan con la misma potencia y mismo funcionamiento.
  3. Compensación central, que refiere a un proceso más general de compensación con la instalación de una batería de condensadores, la cual funciona de forma automática con la energía reactiva para compensar justo en el momento en el que sea necesario.

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